viernes, 3 de abril de 2009

Herencias de la Reforma (I)

El pasado 30, 31 de marzo y 1 de abril se celebró en Sevilla, organizado por la US, el primer Congreso Internacional de Reforma Protestante y Libertades de Europa. Se trataba eminentemente de un congreso académico conformado por ponentes de gran nivel intelectual tanto del ámbito secular como evangélico.
Evidentemente no tengo la capacidad de realizar un resumen científico e histórico de todo lo que se planteó, pero desde un plano más práctico y reflexivo valga ésta entrada como homenaje no tanto a los protagonistas de la Reforma, que también, sino a las ideas y libertades que surgieron en la Europa del Siglo XVI y de las cuales hoy somos amplios beneficiarios y deseamos seguir siéndolo por siempre jamás.

Pero antes de entrar a reflexionar sobre estas ideas, hemos de advertir que la Reforma Protestante fue un fenómeno que no se concentró sólo en la Alemania del sacerdote Martín Lutero, hoy, 3 de abril, día en el que se ordenó y dio pie a su entusiasta estudio de la Palabra de Dios, motor y eje de la Reforma, que como decíamos, no sólo en Alemania, sino en todas las naciones europeas, incluida España, con reformadores como Tomás Carrascón, Cipriano de Valera, Casiodoro de Reina, Juan Pérez de Pineda, entre otros muchos. Si bien es cierto que en ninguna otra nación la Contrareforma de Roma golpeó con tal fiereza, tan siquiera en la propia península italiana. Es por eso, y no por otro motivo, que si la Inquisición no se hubiera interpuesto, hoy España sería una nación tan distinta a la que es hoy como la diferencia de miras entre el topo que camina a gachas bajo tierra y el águila que cruza con sus alas extendida los cielos.

Sirva como ilustración la miserable legislación española, que permite a un acusado mentir para defender su causa, sin incurrir en agravio aún cuando se comprueba la falsedad de su defensa. Cuestión que como tantas veces hemos comprobado en el cine, no es cierto en países de raíces protestantes, por cuanto en la declaración de derechos a un detenido leemos “todo lo que diga podrá ser usado en su contra.” Y es que entre otras muchas cosas, aunque nos hiera el orgullo, nuestra moralidad está a años luz de los países que no solo contemplaron la llama de la Reforma, como es nuestro caso, sino que prendió el corazón de sus naciones.

Ésta llama débil, no ya por la contrarreforma, sino por la mezquina alimentación de los protestantes evangélicos en los últimos decenios, ha llegado a nuestros días y ha sido depositada por la misericordia de Dios en el candelero de la actual Iglesia que formamos todos los que confiamos en Jesús y creemos a su Palabra. La misma Misericordia a la cual habremos de acudir para que la justicia, las libertades, la moral y la ética no sólo no se apaguen sino sean avivadas por siempre jamás. (continuará...)