viernes, 24 de noviembre de 2006

El rey Salomón, Johny Cash, tú y yo

Aunque tú y yo estuviéramos tan lejos en el espacio, como Johnny Cash de Salómon en el tiempo, aún así todos nosotros, los cuatro, tendríamos algo en común. Johnny Cash lo llamó su Imperio de Suciedad, Salomón lo llamó su Insensatez, y la verdad es que lo dejaron tan bien expresado cada uno con sus reflexiones, uno cantando y otro narrando, que poco más podríamos añadir. Y puesto que transcribí la canción de Cash, lo justo sería que transcribiera el testimonio de Salomón.

ECLESIASTÉS 2:1-11

Me dije a mi mismo: Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete.
Y he aquí, también esto era vanidad.

Dije de la risa: Es locura; y del placer: ¿Qué logra esto?

Consideré en mi corazón estimular mi cuerpo con el vino,
mientras mi corazón me guiaba con sabiduría, de cómo echar mano de la insensatez,
hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo
que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida.

Engrandecí mis obras, me edifiqué casas,
planté viñas para mí; me hice jardines y huertos,
y planté en ellos toda clase de árboles frutales;
me hice estanques de aguas para regar los bosque donde crecían los árboles.

Compré esclavos y esclavas, y tuve esclavos nacidos en casa.
Tuve también ganados, vacas y ovejas, más que todos los que me precedieron en Jerusalén.

Reuní también para mí plata y oro y el tesoro de los reyes y de las provincias.
Me proveí de cantores y cantoras,
y de los placeres de los hombres, de muchas concubinas.

Y me engrandecí y superé a todos los que me precedieron en Jerusalén;
también la sabiduría permaneció conmigo.
Y de todo cuanto mis ojos deseaban, nada les negué,
ni privé a mi corazón de ningún placer,
porque mi corazón gozaba de todo mi trabajo,
y ésta fue la recompensa de toda mi labor.

Consideré luego todas las obras que mis manos habían hecho
y el trabajo en el que me había empeñado,
y he aquí, todo era vanidad y correr tras el viento, y sin provecho bajo el sol.

Johnny habló de la heroína, este rey habló del vino, y tu y yo bien podríamos hablar de otras cuestiones que están alimentando lo que Cash llamó su Imperio de la Suciedad, y Salómon su Insensatez, y pese a que las nuestras nunca lleguen a resultar tan despreciables, al menos a los ojos de la sociedad, en cualquier caso no es a las formas a lo que me vengo a referir sino al fin de todo esto. Porque aunque uno y otro alcanzaron la gloria delante de los hombres y fueron alabados, ambos consideraron al final de sus días que nada valió la pena.

Pero quien dice que es lo que vale la pena. Bueno, supongo que alguien que ha descubierto lo que en cambio no vale la pena. Y es curioso, pero ambos, tanto Johnny como el rey, llegaron a la misma conclusión. Cash se convirtió a Cristo y Salomón también se convirtió al Señor. A Cash el Señor le libró, le limpió de aquel Imperio de Suciedad, a Salomón el Señor le restauró la sensatez, y a mí... a mí pese a mi joven edad, pese a que no he probado casi nada de lo que no vale la pena, y aún de ese poco me arrepiento, puedo al menos decir que no he descubierto nada mejor que... recibir el Reino de Dios en lugar de ese Imperio de Suciedad, y andar el camino de la Sabiduría que es Cristo en lugar del camino de la Insensatez, ¡sí! sin duda, no conozco nada mejor ¿Y tú?

Un saludo, sigamos reflexionando.

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