miércoles, 12 de agosto de 2009

Hay esperanza

Cuando se secan las palabras, y enmudecen las caras;
O cuando los ojos se cansan, y el aliento se apaga;
O cando buscas las fuerzas, pero ya no las hallas.
Y te preguntas si abandonaré mañana.
– ¡No! ¡porque si hay vida, hay esperanza! –

Mientras las lóbregas hojas del otoño se las lleve el viento
y en su lugar aparezca la tierna yerba fresca.
Mientras venzan al crudo y frío invierno los halos dorados
del sol a su alba al rayar; habrá esperanza.

Mi esperanza es un mañana, redimido por la gracia,
no de sonrisas, sino de Divina providencia.
Mi esperanza es el tiempo que descansa en las palabras
no de mis rimas, sino de Sus fieles Promesas.

Mientras lleve el viento olas a tierra que borre unas pisadas
y en algún otro lugar nazcan otras nuevas.
Mientras sobre el mar vuelen gaviotas y las aves en tierra
se vendan por unas monedas; habrá esperanza.

Y aun si olvido estas palabras y tampoco escucho otras,
recoja el eco del proverbio que reza:
“Más vale ser perro vivo que león muerto.”
Porque si hay vida, al menos eso sí:
– ¡Hay esperanza! –

Eclesiastés 9:3-5 "Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto."

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